Estamos con esta fiebre del mundial, totalmente comprensible porque el que no la disfruta hoy tendrá que esperar cuatro años para volver a disfrutarla.
Estaba en Trujillo, había decidido ir a almorzar al centro comercial Mall Aventura, sabía que había una pantalla gigante ahí. Cuando me trajeron mi almuerzo le solicite al mozo (amablemente claro está) me que trajera mayoneza, me dijo que en seguida.
Después de esperar lo suficiente me acerque al puesto de comida rápida y le comente al cajero que había pedido mayonesa y no me la habían alcanzado, me dijo que en seguida me la llevarían y que tomara asiento.
De manera respetuosa le comente al responsable que no había necesidad de que me la llevaran y que yo la podía llevar personalmente. Me solicitó que esperara un momento. Después de otra espera me volvió a solicitar que tomara asiento porque la iban a preparar y eso demoraría. Entre todos los ‘tome asiento’ y los ‘tenga paciencia’ llevaba más de media hora y ya terminaba el partido.
Educadamente le reprendí al responsable que hubiera sido suficiente conque el mozo que dijera que no había mayonesa. Que el cajero me dijera que no había mayonesa o que incluso él me dijera que no había mayonesa. Le reproché que el servicio al cliente era pésimo. Mientras me alejaba escuchaba fanfarronear al encargado cosas como que yo no era el único cliente, que el sabía manejar su negocio, que quien era yo y que la mayonesa me la llevarían el mismo. Por su puesto la mayonesa nunca llegó, igual, si hubiera llegado yo ya había terminado de almorzar antes de acerca al puesto de comida.
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